El líder de la Iglesia Católica lamenta la expansión colonizadora de un pensamiento único “peligroso” y que “invade muchos ámbitos e instituciones públicas”
“Se está elaborando un pensamiento único, peligroso, obligado a renegar de la historia”, lamentaba el Papa Francisco, en un mensaje dirigido a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditados ante la Santa Sede. En esta intervención, que tuvo lugar el lunes 10 de enero, el pontífice criticó el avance “de la cultura de la cancelación”, que es -añadió- la última declinación de “una forma de colonización ideológica, que no deja espacio a la libertad de expresión”.
Para el Papa, se trata de un fenómeno “que invade muchos ámbitos e instituciones públicas”, y es uno de los motivos por los que -a su juicio- muchas organizaciones internacionales sufren “un déficit de eficacia”. Los conflictos entre países miembros sobre los objetivos que deberían alcanzar estos organismos supranacionales dan como resultado, apuntaba Francisco, “agendas cada vez más dictadas por un pensamiento que reniega de los fundamentos naturales de la humanidad y las raíces culturales que constituyen la identidad de muchos pueblos”.
El líder de la Iglesia Católica insistió en el funcionamiento de la cultura de la cancelación: “En nombre de la protección de las diversidades, se termina por borrar el sentido de cada identidad, con el riesgo de acallar las posiciones que defienden una idea respetuosa y equilibrada”, apuntó, en el marco de este encuentro que se celebra de forma anual cada mes de enero.
Además, Francisco criticó que este pensamiento único obliga “a renegar de la historia o, peor aún, a reescribirla en base a categorías contemporáneas”. “Toda situación histórica debe interpretarse según la hermenéutica de la época, no según la hermenéutica de hoy”, concluía el pontífice, y señaló que la diplomacia multilateral está llamada a ser “verdaderamente inclusiva, no suprimiendo sino valorando las diversidades y sensibilidades históricas”.
El Papa recordó a los presentes que hay valores permanentes, como el derecho a la vida -desde su concepción hasta su fin natural- y el derecho a la libertad religiosa. Durante su intervención –aquí, un resumen-, Francisco habló también de superar la indiferencia hacia las personas migrantes, de vacunación o del valor del trabajo.